martes, 20 de noviembre de 2012

QUERIDO HIJO

Querido hijo,

Ahora que te veo pasar de niño a hombre quiero hablarte de como cambiará tu vida. Quiero hablarte de tu nuevas realidades: aquellas en las que el bueno no triunfa siempre y la guerra en la televisión es noticia, no película. Quiero prepararte para las nuevas sensaciones que vienen con la edad, para el dolor y la alegría que ocasiona un gran amor, para las satisfacciones que genera una amistad verdadera y la tristeza tan profunda que deja la traición.

Quiero enseñarte a enfrentar los problemas con juicio, con firmeza y sin temor. Quiero que comprendas que a pesar de la corrupción social, económica y política que vivimos a diario, todo en la vida es factible, cambiable, fácil de resolver y manejable por métodos honestos.

Voy a poner a tu disposición las herramientas necesarias para formar tu personalidad, para elaborar tu futuro, para fortalecer tu carácter. Con éllas descubrirás que para ser un hombre sano deberás ejercitar tu cuerpo, nutrir tu intelecto, apoyarte en la religión, ayudar a tu prójimo, obedecer las leyes, luchar por tus ideas y respetar las ajenas. También reconocerás las oportunidades y sabrás aprovecharlas, sin perjudicar a los demás ni abusar de los incautos.

Quiero, por sobre todo, que aprendas a decidir por tí mismo y a aceptar responsabilidad por tus acciones, para que nunca te lamentes de haber permitido que otros forjaran tu destino, para que nunca mires hacia atrás con nostalgia por lo que pudo haber sido, sino que siempre te sientas plenamente satisfecho por lo que fué.

Yo alabaré tus triunfos y sufriré contigo tus desventuras. Seré cómplice de tus logros y tus fracasos y en lo bueno y en lo malo seré incondicional contigo. Aprenderás que no estás solo en este mundo; que eres parte importantísima de un núcleo familiar y social que se extiende a medida que te relacionas con tu medio; que mientras más grande sea tu círculo social, más se enriquecerá tu vida pero mayores también serán tus responsabilidades morales con todo el que te rodea. Por éllo deberás reflexionar siempre antes de actuar, para poder calibrar con certeza la consecuencia de tus actos y su potencial efecto sobre aquellos que te quieren.

Quiero enseñarte, hijo mio, que puedes ser bueno sin que abusen de tí; que se puede ser valiente sin arriesgar inútilmente la vida; que no serás menos hombre porque llores o sientas miedo o le seas fiel a tu mujer; que vale más la pena ganarse el respeto de un enemigo que la adulación de un amigo; que se puede ser justo sin ser implacable, discreto sin ser retraído, religioso sin ser fanático.

Sé muy bien que el camino del adolescente es difícil de transitar. Lo sé porque lo he recorrido y logré llegar airosa al otro lado. Por éso te digo que le tengas respeto pero no le temas, porque llevas contigo una prenda de incalculable valor: cuentas con el apoyo incondicional de tu mamá, de tu papá y de tu hermana y de todos los que te aprecian. En todo y para siempre. Como me pasó a mí.

Tu mamá


lunes, 19 de noviembre de 2012

HASTA LA PROXIMA!


Este año, como hace 2 fui a visitar a mi hija a Londres. Como niño esperando la Navidad, conté los días, las horas, los minutos para este nuevo reencuentro.

No cabía de la emoción el pensar que volvería a verla después de 8 meses.

Planeamos con cuidado cada cosa que haríamos, pero creo que lo mas importante era vernos, conversar y nada mas disfrutar de la compañía de la una y la otra.

Con inconvenientes con los aeropuertos y aviones, llegue unas horas mas tarde, pero con la emoción intacta. Allí estaba mi seño, esperándome en el terminal. Yo rendida de cansancio pero tan feliz de volverla a ver.

Fuimos a su casa donde todo estaba preparado para mi llegada. Su cuarto impecable, con sabanas y toallas limpias para mi llegada.

Retomamos las conversaciones que tenemos dia a dia por el whatsapp... Pero nada, nada se compara a compartir el programa de tv, el cafecito al final del día y los paseos a su lado como cuando estamos juntas.

Mi hija es un huracán lleno de inquietudes, entusiasmo e ideas... No se detiene, el dìa es muy corto para todo lo que tiene en mente. En la noche planeaba lo que podría hacer al día siguiente, pero yo pensaba tomármela con mas calma. Mi idea era nada mas estar allí para esperarla a la hora de la salida de su trabajo.

Me toco aprender a moverme de aquí para allá en el metro, en el tren, en los buses, mientras ella estaba en su trabajo. Fue esta una experiencia única que te enseña a ver lo que no aprecias cuando estas en compañía, paseando por una ciudad tan grande, tan vehemente y de apuros como mi hija.

Me dió gusto verla tan adaptada y dueña de su vida en una ciudad desbocada por el apuro, que anda a 1000. Ella, muy responsable, organizada. Ha logrado conseguir un trabajo en el cual se desempeña muy bien, con un ambiente agradable y compañeros que la precian. Su casa y sus compañeras de casa, la respetan, la estiman y se sienten muy a gusto con ella.

Me he vuelto observadora, amiga entusiasta de sus planes y observadora de sus pasos. Aunque la extraño, y eso no se pasa nunca, estoy tranquila porque la veo tranquila...Aunque me hace falta porque es mi amiga, se que eso es lo que ella quiere y he sabido respetarlo.

Quien sabe lo que nos depare el futuro, aquí a hora las cosas están así y mientras eso le de satisfacción a ella, estaré en donde estoy, lista para la próxima vez en que nos veamos y podamos pasear, conversar o simplemente no hacer nada pero juntas de nuevo...

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