La vida nos puso en situaciones inesperadas, maravillosas a veces y complicadas otras, me quedo pensando en lo compleja de unas, tanto que a veces nos da una angustia en la boca del estomago y en el pecho. Algunas que no nos atrevemos siquiera a comentar, y que solo la expresión de nuestras caras o nuestra boca nos logran traicionar o delatar.
Pasamos otro gran tiempo de la vida pensando y elucubrando, conjeturando e imaginando cosas que puede que nunca se den, pero nuestra mente nos maneja, no se acalla y muchas veces nos juegan malas pasadas, nuestra mente no para y nos gobierna. Nos damos excusas diciendo que es mejor adelantarse a las cosas para que estas no nos sorprendan luego….pero que caso da adelantarnos a algo que a lo mejor nunca suceda?
Las angustias borran rápidamente los buenos momentos y ocupan mas tiempo en nuestra cabeza de lo que quisiéramos….
Pero creo que tenemos que aprender a acallar la mente, no dejar que nos domine, ser mas inteligentes que eso y darle a las cosas la magnitud que tienen en el momento adecuado, es decir, tamaño, y tiempo.
La vida es un aprendizaje diario, aprendes con el tiempo a valorar cosas que nunca valoraste, a amar y dejar de amar personas que significan y significaron algo en tu antes y ya no, la vida cambia, las situaciones también, que decir los afectos… Lo importante es entenderlo, asimilarlo y una vez efectuado estos dos ejercicios, dejarlo atrás y seguir adelante, porque como tantos dicen, la vida es corta y es mejor vivirla de la mejor manera.
No debemos olvidarnos tampoco las cosas lindas que solo por estar aquí podemos disfrutar, una caída de sol, el sonido de las olas al llegar a la playa, la caricia sincera de un ser que te quiere o la alegría en la cara de un viejo amigo al verte.
El poder ser tu, sin que nadie te detenga, el bouquet de un buen vino en compañía de buenos amigos, el sueño reparador o simplemente amanecer un tu cama tibia.
Por eso, porque no somos capaces de tantas cosas solos, y porque somos humanos, resulta muy buena idea me parece a mi estar junto a gente leal, de principios, gente que te quiera y aprecie por lo que eres, por lo que llevas dentro.
No somos ni tan capaces, ni tan infalibles, pero no se de donde sacamos siempre esa fuerza que nos permite seguir caminando, luchando y disfrutando también.
Como dicen por ahí una de cal y otra de arena, creo que son necesarias para darle un equilibrio a nuestra vida y mantenernos alerta.
Los reveces de la vida nos enseñan que todo por algo pasa y cuando la carga es pesada, la riqueza espiritual nos da el consuelo que necesitamos.
Por eso concluyo, que para casi todo, hay una solución, es cuestión de ver como o donde está.
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